Todo es como siempre, pero hoy no te aguanto
Érase una vez un bar.
Érase una vez una barra.
Érase una vez una vieja historia.
Érase una vez dos borrachos que babean sobre una sobria con tetas.
Érase una vez una sobria descontenta de presenciar una conversación de ella sin ella.
Érase una vez un escote intolerante. Muy intolerante.
Érase una vez una mano que se alza.
Una mano que se retiene.
Palabras que se disparan para solicitud de cambio de ángulo de sus miradas.
"Eh?"
Mano que quiere alzarse de nuevo.
Amiga que se acerca para proposición de cambio de zona.
Mano que se relaja.
¿En qué momento desaparecí?
domingo, 7 de junio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario