Un gofre a la salud de los buñuelos huecos
En una de las maratones de lanzamiento de cv de la semana pasada fui a parar a la Galeria Denise Rene (www.deniserene.com). El viernes a las 13:45 de la tarde me presenté en una de las dos galerías que tienen en la ciudad, la de Rive Gauche, en el barrio 7 (tipo Sarrià pero sin disimular). Al llegar estaba cerrada. Blanca, desde casa, miró en su ordenador y comprobó que abría de nuevo a las 14h. Lógicamente, esperé. Mientras estaba ahí, una mujer bien conjuntada con el barrio me preguntó si me iba a quedar hasta que abrieran. Al decirle que sí, la mujer me entregó un paquete para Isabelle: "ella ya sabrá quién se lo trae". Me quedé sola con mi carpeta, el paquetito con dibujos de croissants, el bolso, el gorro y sin guantes. Sí, hacia frío, mucho frío.
A las 14h ahí no había nadie. Ni a y 5, ni a y 10... ni a y media. Ni siquiera podía decidir irme a la galería del otro lado porque como tenía un paquete que entregar... Me empezó a entrar un hambre atroz y la tentación de dejar a la tal Isabelle sin merienda iba siendo cada vez más fuerte. Así que, en cuanto empezó a hacer un viento insoportable, decidí irme a comprar un gofre caliente a un kiosko junto a la entrada de metro de St. Germain de Près, justo donde cambiamos de barrio. Paso de dar detalles pero resumiendo: si en una mano llevas un paquete que pesa muy muy poco, en la otra aguantas una carpeta, llevas bolso y quieres estar presentable para entregar tu dossier en una galería, nunca, repito, NUNCA, te comas un gofre con nutella fundida si se despierta la tramuntana a la parisina y el banco en el que te puedes sentar no está a menos de 10 metros. Suerte que el bolso era marrón, ahí sí que fui inteligente.
Responder al móvil cuando Blanca llamó también tuvo su mérito. Visto el panorama ella decidió venir directamente a la estación de metro en la que yo estaba, en vez de esperar a que yo fuera de nuevo al centro. Por supuesto, ley de murphy: cuando ella llegó la galería estaba abierta como si nada.
Pregunté por Isabelle. Qué alegría al ver que existía. Se disculpo por haber abierto tarde. Al parecer tenía que dar una clase... Le dije que iba a verla por dos motivos. "Uno es que tengo un paquete para usted. La persona que me lo ha dado dijo que sabría de quién era. Me lo ha dejado a mí en cuanto ha visto que también esperaba". La mujer flipó y se puso a reír. Me dio las gracias y dijo que lo compartiría conmigo. "El segundo motivo es para entregarle mi dossier para hacer un stage." Lo cogió interesada y después de reírnos un rato más me dio la mitad de la mercancía: unos buñuelos con mucho azúcar y completamente huecos. Será cosa del barrio, en estos entornos prima el barroco minimal. O minimal a precio de barroco...
No sé si tendré prácticas pero hipoglucemia, lo que es hipoglucemia, no, todo el mundo tranquilo.