miércoles, 14 de noviembre de 2007

Mi amigo Juan-Luc

Compartir: no es fácil pero necesario


Ante tal expansión de espacio, he sentido una fuerte necesidad de compañía. Me basta con la presencia de un amigo. Alguien que vigile el bienestar de mis libros, la batería de la cámara y que disfrute conmigo del piar de los pájaros porque, para los que no sabíais qué es ese ruidito del vídeo, los pájaros se oyen desde esta habitación de París. ¡Hay tantas cosas por compartir!: que si hoy me han llamado para unas prácticas, que si hoy el curso de movimiento ha sido interesante, que si he quedado con Anne Lise para ir al Palais Tokyo, que si me queda bien el jersey de rayas... En fin, alguien fundamental para sobrellevar el día a día en un París que, por cierto, ¡¡¡VUELVE A ESTAR EN HUELGA!!! Qué vicio, oye.

...bueno, ahí está Juan-Luc:





Aún se está adaptando a la nueva vida, por eso lo veréis algo desenfocado. Pobre, ha sido arrancado de una larga vida de proctector de tendederos de ropa y envoltorio de huevos kinder para pasar a dormir en una humilde estantería. Espero que no me denuncie. Estoy segura de que poco a poco irá encontrando su forma y su lugar.




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